Deja que me detenga en cada pliegue de tus dedos,
que le susurre a las palmas de tus manos,
que me aferre a ellas y las bese como tantas veces imaginé hacerlo,
ahora que son tan reales como enormemente diminutas, e inocentes,
dispuestas a descubrir, despiertas a la vida.
LBS
16.05.16
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