Y otra vez despiertas amanecida, creyendo que sería la última noche, porque la gran tormenta apagó cualquier atisbo de ti o de mi.
Pero otra vez madrugamos, amanecemos, casi transparentes, casi sin piel, naufragando en el desierto de un nuevo día.
LBS
03.10.18
LBS
03.10.18
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